viernes, 14 de mayo de 2010

El colchón del 27

Aunque parezca el nombre de una generación literaria, el colchón del 27, fue un colchón que mis abuelos compraron el día que se casaron y comenzaron a vivir juntos. Allí durmieron mis abuelos, mi madre, mis tíos, más tarde mi madre otra vez (esta vez ya con mi padre), mis hermanos, luego vine yo, y el resto de mis hermanos. Total 27 personas. Creo que con el tiempo hemos desarrollado una habilidad que hace que tengamos la espalda tan dura que podamos dormir en cualquier sitio.

Y luego la gente se extraña si vamos de camping y no llevamos saco...

jueves, 13 de mayo de 2010

Historias de Tendedero



"-Lo siento queridas, pero creo qe debido a vuestra larga existencia ya no puedo hacer mucho más por vosotras..."

Eso fue lo que mi tía nos dijo a mis primas y a mí antes de abandonarnos a los tres en el kilómetro 53 de la autovía de Valencia... eso sí, tuvo buen corazón y lo hizo no muy lejos de una gasolinera (a unos 20 kilómetros)

miércoles, 12 de mayo de 2010

Miau!

Gato siempre miraba a los pájaros que volaban tras la ventana. Aquellos que en ocasiones se posaban en el alféizar y le hacían burlas; sabiendo que “el bigotes”, como ellos lo llamaban, no podía atravesar el grueso cristal.

Hasta que un día, llegó el verano y no hubo nada que separase a Gato de aquel cielo azul. Fue entonces cuando, buscando en su cajón de arena, sacó una capa azul y unas gafas de piloto. Cogió carrerilla y saltó por la ventana.
Gato no tuvo miedo a caer ningún verano, al fin y al cabo, tenía otras seis oportunidades para volver a intentarlo… Y el bigotes, voló.

La verdadera esencia de esta historia reside en que "el bigotes" fue un gato loco que una de mis quince hermanas compró (se encontró por la calle) para el día de la madre. El dichoso gato tenía la costumbre de arrojarse desde el balcón de mi casa (un tercer piso) a la calle.

martes, 11 de mayo de 2010

El síndrome de Peter Pan



Hay una etapa de la infancia en la que todos los niños desean ser “estrellas” del fútbol mientras que las niñas quieren ser princesas. Yo también pasé por esa época, y me conformaba con meter goles porque el deseo que guardaba celosamente en secreto era mi pasión por escribir. Hoy, tengo 19 años y sigo queriendo ser escritor.
Es muy probable que esta afición me haya llevado a saber quien es James Matthew Barrie, cosa que también deberían tener presente aquellas princesas de mi época y los futuros futbolistas ya que todos, en algún momento de la infancia, hemos conocido a Peter Pan.
Este pasado domingo ha sido el 150 aniversario del nacimiento de autor de esta gran novela.
A estas alturas, muchos ya no recordarán (o recordaremos) lo que es ser un niño. Las responsabilidades, la madurez, los quebraderos de cabeza y en resumen, la vida y la mayoría de edad, nos han arrastrado a convertirnos en adultos a pesar de que algunos aún nos aferramos a conservar dentro de nosotros la esencia de aquello que fuimos cuando nos echábamos la leche del desayuno encima o comíamos gominolas hasta que nos dolía el estómago. Esto nos lleva a veces a convertirnos en dos caras muy diferentes de una misma moneda.
Me gustaría poder volver atrás para contar que como ya dije al principio, cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, yo contestaba con orgullo: “De mayor, yo quiero ser niño.”

Vuelvo a...

Igual que todos los "septiembres" un niño vuelve al colegio, yo también he vuelto a las andadas. Vuelvo a escribir.

Siento haber estado tanto tiempo "inactivo".